La enseñanza como experiencia virtual
Heidy Villán, tallerista del proyecto «Desarrollo de capacidades y sensibilización artísticas musicales mediante la elaboración de instrumentos alternativos y no convencionales en niños, niñas y jóvenes del sector rural y zonas vulnerables del municipio de Yumbo» define como «supremamente enriquecedora» la experiencia de trabajar con cotidiáfonos pese a que en otras áreas de la música ha trabajado con niños y niñas en varias ocasiones. Pero además, el hecho de dictar clases virtuales es absolutamente novedoso para ella.
Describe la experiencia como algo gratificante y se percibe a sí misma contenta de estar vinculada al proyecto.
«En cada encuentro, cada semana me sorprende [...] más la forma como la comunidad lo ha recibido y cómo los chicos se han involucrado en este proceso también ha sido como una gran sorpresa y me ha generado una cantidad de sensaciones positivas».
Comparte anécdota: un niño se inscribió como beneficiario del proyecto que terminó involucrando a su abuela en el mismo, quien se ha desenvuelto muy bien con las actividades que propone la profesora Heidy Villán, quien resalta también la creatividad de sus estudiantes para elaborar y decorar sus cotidiáfonos. Por otro lado, también resalta la presencia de niños venezolanos en sus talleres.
Para ella, la modalidad virtual ha sido fundamental en el éxito que ha tenido el desarrollo del proyecto e identifica como la mayor dificultad en el principio, referentes al asunto del sonido de los cotidiáfonos desde la virtualidad, lo que ha venido resolviendo con los videos que grabados en lugar de emitirlos en línea por la plataforma.
El aprendizaje y el acompañamiento
Usualmente, los padres y —en mayor medida las madres— están acompañando y observando a los beneficiarios del proyecto. No es el caso de Luisa María Cabuyales. Luisa tiene 12 años y es una de las personas que más ha sorprendido a la profesora por su disciplina y su autonomía, pero además con por su creatividad pese a su marcada timidez. «En cada clase se desenvuelve mejor» afirma la profesora Heidy.
Luisa está en el grupo al que le correspondió el ritmo del bunde y dice sentirse cómoda. Ha sido muy diligente con los retos que ha propuesto la profesora. Además de la función manifiesta del proyecto, existe una serie de funciones latentes (la sociabilidad, el aspecto terapéutico, el uso del tiempo libre máxime en estos días de pandemia...). En el caso de Luisa, que manifiesta sentirse en confianza durante las sesiones y haber superado un poco ciertos temores. «Ha sido muy creativo y muy recreativo» afirma enfáticamente Luisa.
El proyecto ha cumplido con sus expectativas y, de hecho dice sentirse tan entusiasmada que ha adecuado el patio trasero de su casa para trabajar. Ha recibido el respaldo pleno de sus padres, pero es casi absolutamente autónoma en lo que a las demandas del desarrollo del proyecto concierne.
Los instrumentos que más le gustan de los que ha elaborado han sido el bombo y el cununo y cuando es indagada por las posibles dificultades que ha tenido menciona que aparte de la conexión a Internet le costó un poco de trabajo adaptarse a algunos de los ritmos propuestos por la profesora.
Las funciones latentes o las consecuencias no esperadas
Jasbleidy Rodríguez es la madre de Luisa, dice haberla visto más creativa durante el desarrollo del proyecto. Le ha trasmitido autonomía e independencia en sus asuntos.
«Yo quiero que ella incursione en la música, si quiere que toque un instrumentos o si quiere cantar, que cante». Recalca la timidez de Luisa, pero reconoce que el proyecto les han sido de ayuda para ello: «Ha despertado un poquito más, es como más consciente... ha mejorado».
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